El grito de Izo resuena en el lugar de ejecución, acaba de ser crucificado acusado de un asesinato. Muere, pero deja una profunda maldición. Su alma no puede ir al cielo ni al infierno y quedará flotando en el espacio y el tiempo.
Años después un vagabundo aparece entre los edificios. Es la reencarnación de Izo y tiene un clavo objetivo: matar. Una voz le dice: Eres un asesino nato. Eres el mal hecho hombre..