Chris Cole (Mark Wahlberg) nació para hacer rock. Su amiga de toda la vida, Emily (Jennifer Aniston) creía que el talento de Chris podría llevarle a todas partes. Pero, en vez de escribir su propia música, Chris rindió culto ante el altar de Bobby Beers, el fogoso líder de Steel Dragon, y ante las leyendas del rock que inspiraban y consumían su vida. Durante el día, Chris vivía aún con sus padres y se pasaba el día reparando fotocopiadoras, arrancando a empujones su petardeante Dodge Dart y peleándose con su hermano. Pero cuando Chris subía al escenario, todo eso desaparecía. Chris Cole era Bobby Beers cuando se ponía al frente del grupo Blood Pollution, grupo de homenaje a Steel Dragon en los estadios de Pennsylvania. Chris dejaba fascinado al público con su perfecta imitación de la electrizante voz y con los eróticos gruñidos de Beers.