Elena sabe que la crisis de su matrimonio no es algo temporal. Alberto, su marido, un joven y prestigioso ingeniero aeronáutico, está a punto de iniciar una nueva relación. Lo que le ocurre Alberto, en realidad, es que se siente muy confuso y desorientado. Quiere a su mujer y a su hijo, pero intuye que la pasión que le inspira Diego es algo más que deseo. Diego, traumatólogo en una clínica privada, es un hombre sin dobleces ni prejuicios que se tira de cabeza a la piscina del amor arriesgando en ello su estabilidad emocional y profesional, como le advierte su jefa y buena amiga Eva. Los engaños, las escenas de dolor y la desconfianza crecen, interponiéndose entre los tres amantes.